almacenamiento de energía

Almacenamiento de energía 

Claves para un futuro más sostenible 

En un mundo en pleno desarrollo de tecnologías relacionadas con las energías renovables, el avance en sistemas de almacenamiento de energía eléctrica juega un papel fundamental. Este desarrollo acompaña la promoción de fuentes de energía sostenible y permite optimizar la utilización de cada megavatio generado, contribuyendo al equilibrio de los sistemas de red.

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¿Qué es el almacenamiento de energía?

El proceso de almacenar energía tiene un propósito fundamental: capturarla y retenerla para su uso futuro. 

Almacenar energía es esencial para respaldar la eficiencia de las energías renovables y garantizar su aprovechamiento máximo en los sistemas energéticos. Las funciones clave en cuanto al almacenamiento de energía incluyen:

  • Equilibrar la oferta y la demanda, asegurando que siempre haya electricidad disponible cuando se necesita.
  • Integrar las fuentes de energía intermitentes, como la solar y la eólica, al almacenar el exceso de energía durante períodos de alta generación y liberarla estratégicamente cuando la producción es limitada.
  • Mejorar la eficiencia de las centrales eléctricas al reducir la necesidad de mantenerlas en funcionamiento constante y evitar el desperdicio de energía renovable.

 

Sistemas de almacenamiento de energía 

Los sistemas para almacenar energía son esenciales en la gestión energética en una variedad de aplicaciones, desde los electrodomésticos del hogar hasta la generación de energía a gran escala. 

Los sistemas de almacenamiento de energía ayudan a superar los obstáculos relacionados con la generación de energía a partir de fuentes renovables que varían en su disponibilidad, como la solar y la eólica. Son capaces de acumular energía en momentos de alta producción y liberarla cuando la demanda es alta o la generación es baja. Esto no solo garantiza un suministro de energía constante y segura, sino que también reduce la necesidad de fuentes de energía no renovable de respaldo.
 

Además de mejorar la estabilidad de la red eléctrica, los sistemas de almacenamiento de energía contribuyen a la gestión eficiente de la carga y descarga, lo que reduce las pérdidas en la transmisión y distribución. 

Cuando los usuarios almacenan energía, pueden ser parte activa de la generación distribuida. En lugar de depender solo de grandes plantas eléctricas lejanas, ahora hay varios puntos próximos que generan energía, como los paneles solares en edificios cercanos. Al almacenar el exceso de energía, ya sea de fuentes renovables o durante periodos de tarifas eléctricas más económicas, los consumidores pueden aprovechar esa energía almacenada. Esto reduce la dependencia directa de la red eléctrica convencional y fomenta una mayor independencia energética.

 

almacenar energía electrica

Cómo almacenar la energía eléctrica 

El almacenamiento de energía eléctrica se logra mediante diversos procedimientos. La elección del método depende de factores relacionados con la capacidad de almacenar la energía eléctrica y generar electricidad, así como la eficiencia del sistema. 

Existen diversos tipos de almacenamiento de energía, como por ejemplo los capacitores, que son dispositivos que acumulan energía en campos eléctricos. Aunque son eficientes, su capacidad es limitada. Otro dispositivo es el supercondensador, que, en comparación con los capacitadores, permiten almacenar energía a mayor escala. Son ideales para aplicaciones que requieren carga y descarga rápidas. Por último tenemos las baterías, que convierten la energía almacenándola como energía química durante la carga y liberándola como electricidad durante la descarga. No deben confundirse con capacitores ni supercondensadores, ya que estos últimos son dispositivos de almacenamiento de energía con funciones distintas.

placas solares almacenando energia solar

Cómo almacenar la energía solar

El almacenamiento de energía solar implica capturar la energía generada por paneles solares o fotovoltaicos y guardarla en baterías para su uso posterior, ya que este tipo de energía es intermitente y no siempre está disponible cuando se necesita

La generación de energía solar comienza con la conversión de los rayos del sol en electricidad de corriente continua (CC), mediante paneles solares. Más tarde, un inversor convierte esta CC en corriente alterna (CA) para su uso común. 

La energía se puede almacenar en baterías, donde se guarda en forma de energía química para ser aprovechada en el futuro. Para este propósito, se emplean controladores de carga y sistemas de gestión de almacenamiento de energía solar eficaces y seguros que garanticen su disponibilidad cuando sea requerida.

Contratar energía solar es cada vez más accesible para cualquier hogar, representando una contribución significativa tanto a la transición energética como al aprovechamiento de fuentes de energía renovables.

embalse generando energia hidraulica

Cómo almacenar la energía hidráulica

El almacenamiento de energía hidráulica se logra mediante la utilización de embalses o cuerpos de agua elevados. Durante periodos de alta generación de energía hidroeléctrica, el exceso de electricidad se utiliza para bombear agua desde un nivel inferior a un embalse superior, convirtiendo la electricidad en energía potencial almacenada en forma de agua elevada. Luego, en momentos de alta demanda eléctrica, el agua se libera del embalse superior, fluye hacia abajo a través de las turbinas y se convierte nuevamente en electricidad. 

paisaje con molinos de viento

Cómo almacenar la energía eólica 

El almacenamiento de energía eólica es fundamental para aprovechar al máximo la energía generada por los aerogeneradores, ya que la velocidad del viento es variable y no siempre coincide con la demanda eléctrica.

Los aerogeneradores capturan la energía cinética del viento y la convierten en energía eléctrica mediante la rotación de sus aspas. De este modo, la electricidad generada se convierte de corriente alterna (CA) a corriente continua (CC) mediante rectificadores, lo que facilita almacenar la electricidad en baterías. Tras este proceso, la energía eléctrica se almacena en baterías diseñadas para acumular grandes cantidades de energía. 

molinos de viento en el océano

Cómo almacenar la energía eólica marina

 

Además de las baterías, existen otros tipos de almacenamiento de energía. La energía eólica marina es especialmente relevante en este contexto, ya que aprovecha la estabilidad de los vientos en alta mar para optimizar el uso de recursos naturales. 

Cuando hay mucho viento en tierra firme, se bombea agua desde niveles más bajos a más elevados. Después, cuando se necesita electricidad, el agua se libera desde la posición más alta, lo que genera energía. Aunque este proceso no está directamente vinculado con los aerogeneradores en el mar, ya que generalmente se hace en la tierra con embalses, sigue siendo una alternativa eficiente para gestionar los cambios en la generación de energía eólica en el mar.

Otras formas de almacenar energía eléctrica 

El hidrógeno emerge como una solución polivalente para el almacenamiento de energía. Su capacidad para almacenar el excedente de energía renovable y su utilidad como materia prima en la producción de combustibles sintéticos lo convierten en una opción eficiente. 
 

La electrólisis del agua, un proceso que separa el agua en oxígeno e hidrógeno mediante electricidad, es clave cuando se utiliza energía renovable. En días con exceso de energía renovable esta electrólisis aprovecha ese excedente para producir hidrógeno. Este hidrógeno se almacena y se usa cuando se necesita más energía, creando así una solución eficiente para gestionar los picos de producción y demanda energética.

 

El almacenamiento de energía en la descarbonización

En nuestro firme compromiso con la descarbonización de la sociedad, reconocemos que el almacenamiento de energía desempeña un papel esencial en la transición hacia un sistema energético más sostenible y altamente eficiente.

En Repsol nos esforzamos por alinear nuestras operaciones con prácticas más respetuosas con el medio ambiente. Trabajamos para crear planes de energía que se adapten a las necesidades de los consumidores y maximicen el aprovechamiento de fuentes de energía renovable, como la solar y la eólica.