Repsol ha presentado hoy su Plan Estratégico 2021-2025, período en el que avanzará en su objetivo de ser una compañía cero emisiones en 2050, con un proyecto que profundiza en la transformación, una generación de caja que permitirá financiar un crecimiento ambicioso y una retribución atractiva para los accionistas.
La compañía apostará por la descarbonización de su cartera de activos y el desarrollo de un nuevo modelo operativo que pondrá en valor sus actuales fortalezas para sumar nuevos pilares en los que se apoyará la compañía en el futuro como son el negocio Cliente y la generación baja en carbono. Con todo ello, en el año 2030 Repsol será una compañía renovada, más sostenible y con mayor foco.
La nueva estrategia de Repsol tendrá un alto grado de flexibilidad en función del escenario macroeconómico. Se pone en marcha en un contexto de histórica dificultad, ante el que Repsol respondió con un Plan de Resiliencia 2020 que ha permitido obtener un flujo de caja operativo positivo en todos los negocios en los primeros nueve meses del año, y unos ahorros estimados al cierre del ejercicio de 2.400 millones de euros.
En este complicado entorno, de marcada incertidumbre, la compañía ha establecido dos períodos en su Plan Estratégico. En los dos primeros años se enfocará en asegurar la fortaleza financiera, extendiendo los programas de eficiencias y competitividad que puso en marcha el pasado mes de marzo.
El Plan Estratégico se autofinanciará en un escenario de 50 dólares/barril de Brent y 2,5 dólares/Mbtu de gas Henry Hub, precios en los que la compañía garantiza además el mantenimiento de una elevada flexibilidad financiera y de un nivel de deuda en 2025 similar al de 2020.
Durante el primer período el Plan priorizará medidas de eficiencia, reducción de inversiones y optimización del capital, al tiempo que se desarrollarán proyectos para liderar la transición energética, como los anunciados para las refinerías de Bilbao y Cartagena o los distintos activos renovables que Repsol está poniendo en marcha. A partir del año 2022, una vez recuperado el impacto de la crisis del covid-19, el Plan se enfoca en la aceleración del crecimiento.
La nueva estrategia a cinco años contempla inversiones por valor de 18.300 millones de euros. Las inversiones en iniciativas bajas en carbono ascenderán a 5.500 millones de euros entre 2021 y 2025, un 30% del total, e irán acompañadas de una expansión internacional en este ámbito. A lo largo del período, Repsol registrará un fuerte crecimiento del EBITDA, hasta superar los 8.200 millones de euros previstos en 2025.
En un escenario continuado de precios más altos, Repsol acelerará los proyectos de crecimiento bajos en carbono que ya figuran en su cartera de activos.
Para llevar a cabo el Plan Estratégico, Repsol evolucionará su organización desplegando cuatro áreas de negocio (Upstream, Industrial, Cliente y Generación baja en emisiones), apoyadas por áreas corporativas y de servicio más eficientes, con lo que incrementará la obtención de resultados y el afloramiento de valor.
Este nuevo modelo plantea la entrada de socios o inversores en el área de Generación baja en emisiones, o incluso su salida a Bolsa, lo que supondrá un importante impulso para la consecución de objetivos y garantizará un mayor retorno de nuestras operaciones.
La digitalización jugará un papel fundamental en la nueva organización, gracias a la inteligencia artificial, la automatización de operaciones o las soluciones en la nube. El Plan prevé que el impacto positivo de los proyectos de digitalización supere ya en 2022 los 800 millones de euros anuales respecto al inicio del Programa de Digitalización, en 2018.
En el nuevo modelo de negocio, Repsol crea una nueva unidad de negocio denominada Cliente, que se encargará de satisfacer cualquier necesidad energética y de movilidad de sus clientes, que actualmente superan los 24 millones. Aglutinará las actuales áreas de Movilidad, GLP, Movilidad eléctrica, Comercialización de electricidad y gas, Soluciones energéticas y Lubricantes.
Con esta división Repsol liderará el suministro multienergético a los consumidores de la Península Ibérica, aumentando el peso de energías de bajas emisiones y desarrollando productos y herramientas digitales que permitan una mayor personalización de las ofertas y una mejora de experiencias. La compañía cuenta con una proposición de valor única y ventajas competitivas para ofrecer a los clientes un servicio global diferencial. El nuevo programa transversal de fidelización crecerá desde los actuales 2 millones de clientes digitales hasta los ocho millones en 2025.
El Plan establece el objetivo de incrementar el EBITDA de esta división en 1,4 veces, hasta alcanzar los 1.400 millones de euros en 2025. La compañía también prevé aumentar hasta los dos millones el número de consumidores de electricidad y gas y, al mismo tiempo, de movilidad eléctrica.
La compañía planea continuar con el crecimiento orgánico de este negocio, gracias al desarrollo de una cartera de proyectos en operación, que entre 2020 y 2025 se incrementará a un ritmo superior a 500 MW anuales. Entre las iniciativas que se contemplan está la ampliación en 1 GW de capacidad de la central de bombeo de Aguayo, lo que será la mayor inversión de la historia de Cantabria (700 millones de euros, aproximadamente). A esto se sumará la adquisición de activos internacionales para impulsar la expansión fuera de España.
Entre los años 2025 y 2030, Repsol acelerará el crecimiento orgánico de su capacidad de generación con el desarrollo de proyectos que supondrán más de 1 GW anual.
El EBITDA del área se multiplicará por ocho frente al resultado de 2019, hasta los 331 millones de euros, mientras que las inversiones alcanzarán los 1.400 millones de euros anuales en 2025, ocho veces superiores a las realizadas en 2019.
El área industrial mantendrá su elevada competitividad y el liderazgo en Europa de sus activos, mejorará su rentabilidad, ajustará su capacidad, construirá nuevas plataformas líderes en negocios neutros en carbono y reducirá sus emisiones en más de dos millones de toneladas de CO2. Abarcará las áreas de Refino, Trading, Mayorista de gas, Biocombustibles y Química.
Los siete grandes complejos industriales de Repsol en España, Portugal y Perú seguirán evolucionando para transformarse en hubs multienergéticos, capaces de generar productos de baja, nula o incluso negativa huella de carbono y de impulsar nuevos modelos de negocio basados en la digitalización y la tecnología.
Para abordar este proceso de transformación, la compañía se apoyará en cuatro grandes pilares: la eficiencia energética, la economía circular, el hidrógeno renovable y la captura y uso de CO2. Sólo en eficiencia energética invertirá durante el periodo del Plan más de 400 millones de euros, para reducir 800.000 toneladas de CO2 anuales y sentar las bases para transformar los centros industriales en instalaciones cero emisiones netas.
En lo que respecta a la economía circular, los complejos industriales de Repsol se están adaptando para utilizar residuos de diferentes orígenes como materias primas y convertirlos en productos (combustibles y materiales) neutros en carbono, con la ambición de utilizar cuatro millones de toneladas anuales de residuos. Además, Repsol se convertirá en una empresa de referencia en biocombustibles sostenibles, con una capacidad de producción de 1,3 millones de toneladas en 2025 y más de dos millones en 2030. Para ello, ya cuenta con varios proyectos en marcha en sus refinerías.
El hidrógeno renovable será otro importante vector para la descarbonización de la industria, con aplicaciones que van desde su uso como materia prima para producir combustibles sintéticos hasta el almacenamiento de energía renovable. Repsol ambiciona ser líder en hidrógeno renovable en la Península Ibérica para alcanzar en 2025 una producción equivalente de 400 MW, con la ambición de superar 1,2 GW en 2030. La captura y uso de CO2 será también fundamental en este proceso de transformación, gracias a proyectos como el de combustibles sintéticos que se desarrollará en Petronor, única refinería de la Península Ibérica y una de las pocas de Europa que ha integrado este tipo de procesos.
El área industrial realizará esta transformación de manera rentable, sin aumentar las inversiones, que se mantendrán de media en 900 millones de euros anuales, en línea con lo empleado en el ejercicio 2019.
Pese a la complejidad del entorno, la retribución a los accionistas es una de las prioridades de Repsol. Tal y como marca su nuevo Plan Estratégico, la compañía seguirá ofreciendo una de las remuneraciones más atractivas del sector y del Ibex. En 2021, el dividendo será de 0,60€/acción (scrip dividend más dividendo en efectivo), cantidad que se incrementará progresivamente a lo largo del Plan, hasta alcanzar los 0,75 €/acción. En 2025, la remuneración al accionista superará 1€/acción, incluyendo el pago en efectivo y la recompra de acciones que se realizaría a partir de 2022.
El Plan se autofinanciará incluso en escenarios adversos de precios y garantizará una sólida posición financiera y un refuerzo de los ratings de las agencias internacionales.