En el caso de detectar impactos adversos, la compañía asume el compromiso de remediarlos de forma acordada con las partes afectadas para conseguir una reparación efectiva y satisfactoria.
En tal caso se identifica a la población afectada, se evalúan la naturaleza y magnitud de los impactos siguiendo metodologías de estándares internacionalmente aceptados y se propone una solución de remediación, que se discute con las partes afectadas para conseguir su aprobación y acuerdo satisfactorios.
Los mecanismos de reclamación son una fuente muy valiosa de información para detectar potenciales impactos en derechos humanos sobre las comunidades, nuestros contratistas, socios, clientes u otras partes interesadas.
Las dos principales funciones de este mecanismo son:
Durante la ejecución de las medidas de mitigación o remediación acordadas, se hace un seguimiento cercano de las mismas para asegurar el cumplimiento de plazos y comunicación de avances a las partes interesadas. Para ello los mecanismos cuentan con herramientas que permiten el establecimiento de alertas y avisos.
¿Cómo son estos mecanismos?
Los diseñamos conforme a los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos de la ONU, que establecen que los mecanismos de reclamación deben ser:
Nuestra ambición es que estos mecanismos contribuyan de forma relevante a la sostenibilidad de nuestras operaciones.
¿Cómo es el proceso?
Desde que se reciben las reclamaciones hasta que se cierran, la gestión de las mismas puede llevar un mínimo de un mes, pudiendo ser menor o mayor el tiempo, dependiendo de su complejidad.
Las reclamaciones se clasifican a partir de la naturaleza de la queja una vez que se registra. El personal que recibe la queja determina el nivel de gravedad de la reclamación y transmite la información para su gestión al nivel adecuado.
De esta forma puede haber reclamaciones menores que se solucionen y cierren inmediatamente sin necesidad de una investigación más profunda mientras que las reclamaciones relevantes, se gestionan a nivel local y se trasladan al equipo experto en Relación con comunidades y Derechos humanos de la Dirección de Sostenibilidad para, en caso necesario, escalar a miembros del Comité Ejecutivo para su conocimiento y eventual gestión.
Impulsamos el diálogo y la comunicación
Fomentamos una cultura de respeto de los derechos humanos y un diálogo continuo que genera un entorno de confianza para manifestar, sin necesidad de provisiones de confidencialidad y sin temor a ningún tipo de represalia, cualquier queja o reclamación por parte de nuestros empleados y las comunidades que nos rodean, incluidos los defensores de derechos, cuya labor respetamos y tenemos en consideración, y no bloqueamos o tergiversamos en ningún caso.
Este contexto y el convencimiento de que el respeto por los derechos humanos en todas nuestras actividades es condición indispensable para mantener nuestra licencia social para operar, hacen que nuestras comunidades no se vean en la necesidad de exigir sus derechos para emitir una reclamación y obtener una escucha activa y un compromiso por nuestra parte.
Nuestro compromiso rige nuestra actuación
Asumimos nuestro compromiso con los derechos humanos y lo reflejamos en forma de códigos de conducta, políticas, normas de funcionamiento y acuerdos marco que rigen nuestra actuación.
Fomentamos entre nuestros contratistas y socios el cumplimiento estricto de nuestros principios y que, en ningún caso, una reclamación o sugerencia pueda dar lugar a represalias en ninguna de sus formas (acciones legales, despidos o violencia). Para ello, incluimos cláusulas en los contratos, realizamos auditorías sociales y les apoyamos con actividades de sensibilización.
Nuestra Política de Derechos Humanos y Relación con las Comunidades |PDF| 0.1 MB incluye específicamente un compromiso para establecer mecanismos de reclamación en el contexto local que se adapten a la situación de cada operación -desde el inicio de sus actividades y tan pronto como sea posible en la planificación del proyecto- para que las personas directamente afectadas por nuestras operaciones puedan notificar cualquier impacto en los derechos humanos.
Actualmente, nuestras operaciones cuentan con un mecanismo para manejar las quejas, principalmente de las comunidades locales, pero también de empleados, proveedores, contratistas y otras organizaciones, adaptados a cada contexto. La implantación de nuestros mecanismos de reclamación tiene un amplio recorrido que se fundamenta en el siguiente sistema:
El diseño final del mecanismo de reclamación responde a las características particulares de los colectivos y comunidades a los que van dirigidos. Esto se consigue gracias a la información recogida desde las fases iniciales de los proyectos, durante los estudios de línea base social y los análisis previos de riesgos e impactos, pero se extiende a toda la vida de los activos o proyectos. La metodología de todos estos estudios y análisis incluye la comunicación directa y bidireccional con las partes interesadas a través de un diálogo participativo. Esto facilita un diseño adaptado a la población objetivo y permite su mejora continua a lo largo del tiempo.