Montones de biomasa de olivar en un cultivo

Energía renovable para impulsar la economía del campo español 

Biomasa agroforestal y ganadera

Hoy ya es posible utilizar los restos orgánicos que generan la agricultura, la ganadería y los trabajos forestales para producir energía de forma renovable. Su gestión y tratamiento puede ayudar a reactivar la economía del campo español.

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Para España, que depende en gran medida del suministro exterior de energía, la producción de electricidad, calor o biometano a partir de biomasa agroforestal y ganadera puede ser clave para reforzar su autonomía estratégica

Agustín Nieto es propietario de una empresa de grúas en Socuéllamos (Ciudad Real), pero no se dedica únicamente al transporte por carretera, sino que también recoge cepas y sarmientos de los viñedos de toda la provincia para llevarlos a una planta que genera electricidad a partir de biomasa en Puertollano. El caso de esta compañía, que en temporada alta llega a emplear a una quincena de personas, es solo un ejemplo del potencial que el uso de restos agroforestales para generar energía puede tener para la economía y, en particular, para el campo español.

Gracias a la tecnología, las cepas y sarmientos de la vid, la madera procedente de trabajos forestales, los purines de la ganadería o el rastrojo de las cosechas han dejado de ser restos de los que hay que deshacerse para convertirse en fuente de energía renovable. España es el segundo país de la Unión Europea en extensión agrícola y el tercero con más superficie arbolada, así que dispone de abundantes reservas de biomasa agroforestal y ganadera, con la que se puede producir calor y electricidad para el sector doméstico y la industria, pero también biometano y, en un futuro próximo, combustibles 100% renovables para el transporte.

La Directiva de Energías Renovables (RED) define la biomasa como la fracción biodegradable de los productos, residuos y desechos de origen biológico procedentes de actividades agrarias, incluidas las sustancias de origen vegetal y de origen animal, de la silvicultura y de las industrias conexas, incluidas la pesca y la acuicultura, así como la fracción biodegradable de los residuos, incluidos los residuos industriales y municipales de origen biológico. Según la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (AVEBIOM), que agrupa a más de 170 empresas, centros tecnológicos y universidades del sector, la gestión y el aprovechamiento de esta biomasa representó algo más del 0,3% del PIB en 2022, con una facturación de más de 4.500 millones de euros y 50.000 empleos directos e indirectos creados.

Pese a su creciente impacto en la economía, lo cierto es que la sociedad todavía no es consciente del papel tan relevante que este sector puede desempeñar. “A pesar de que la energía solar y la eólica son más conocidas cuando hablamos de renovables, la realidad es que la biomasa es la gran protagonista en la generación térmica, suponiendo actualmente del 70 al 80% en calefacción y calor industrial”, explica Daniel García, responsable de Proyectos e Innovación de AVEBIOM. “Además, frente a la tendencia actual de electrificar la generación de calor, la biomasa ofrece una solución rápida y renovable, que permite desacoplar a industrias y hogares del precio de la electricidad y evita la sobrecarga o saturación de la red eléctrica”.

Refuerzo de la autonomía estratégica

Para un país como España, que depende en gran medida del suministro exterior de energía, la producción de electricidad, calor o biometano a partir de biomasa agroforestal y ganadera puede ser clave para reforzar su autonomía estratégica.

La generación de electricidad es uno de los principales usos que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) reserva a la biomasa agroforestal. En concreto, propone incrementar el uso de biomasa en plantas de cogeneración para producir 1.408 MW en 2030, más del doble de lo generado diez años antes. Los restos de podas agrícolas (olivar, viñedo) y la biomasa forestal resultante de la prevención contra incendios serán responsables de una parte importante ese incremento. 

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El sector de la biomasa en España

0,3%

del PIB generado por el sector

4.500

millones de €

de facturación

50.000

empleos

directos e indirectos

1.408MW

en 2030

como objetivo de uso de la biomasa en plantas de cogeneración

Los restos orgánicos que generan la agricultura y la ganadería ya comienzan a utilizarse también para generar biometano, un gas renovable que se está inyectando en la red gasística actual y usar como sustituto del gas natural en industrias y hogares. Para transformar esta biomasa será necesario construir plantas de recogida y tratamiento en las propias zonas rurales, cerca de las explotaciones donde se genera. Según la Asociación Española del Gas, Sedigas, de momento hay una decena de plantas en operación y más de 200 proyectos en desarrollo.

La biomasa agroforestal también se podrá utilizar como materia prima para producir combustibles renovables líquidos, que representan una alternativa para reducir las emisiones de CO2 en el transporte. "Obtenerlos a partir de la abundante biomasa que genera el campo español es el futuro de los combustibles renovables”, explica Pedro Segovia, gerente de Desarrollo de Negocio de Biomasa en Repsol. Esta compañía acaba de poner en marcha en Cartagena la primera planta de la Península Ibérica dedicada a la producción de combustibles 100% renovables a escala industrial. Utilizará aceite de cocina usado y grasas residuales como materias primas, “que técnicamente son más sencillos de producir, pero es un tipo de residuo más escaso. Cuando las tecnologías estén maduras, y en algunas ya se está cerca, la biomasa será determinante para producirlos, ya que España dispone de enormes recursos".