Mujeres científicas

En el vasto universo de la historia, las mujeres científicas han dejado una huella imborrable. Nombres como el de Marie Curie (Varsovia, 1867-1934), por ejemplo, destacan no solo por su contribución a la física y la química, sino también por ser pionera en el uso de la radiactividad en la medicina. La investigadora polaca recibió dos premios Nobel, evidenciando que las mujeres no solo pertenecen al mundo científico, sino que son capaces de ocupar posiciones de liderazgo en él. 

Otra figura destacada fue la de Rosalind Franklin (Londres, 1920-1958). Su trabajo en la estructura del ADN sentó las bases para descubrimientos cruciales en genética y biología molecular. Aunque su contribución fue inicialmente subestimada, su legado perdura como ejemplo de la importancia de reconocer el trabajo de las mujeres en la ciencia. 

Aunque también hay ejemplos contemporáneos de mujeres importantes en la ciencia. La recientemente galardonada con el Premio Nobel de Física, Anne L’Huillier, (París, 1949) ha dejado una marca indeleble en la investigación en láser de alta intensidad. Según el jurado, tanto ella como sus homólogos también premiados, Pierre Agostini y Ferenc Krausz, son responsables de una nueva manera de crear pulsos de luz extremadamente cortos, que podrían servir para fotografiar los fugaces procesos en los que los electrones se mueven o cambian de energías.  

También inspiradora es la figura de Ann Makosinski (Victoria, (Canadá), 1997), cuyo proyecto de linterna que funciona con el calor corporal es una innovación que no solo destaca por su creatividad, sino que también demuestra cómo las mujeres pueden ser líderes en el desarrollo de tecnologías energéticas sostenibles.

Estas mujeres, junto con muchas otras, desafían la percepción tradicional de las disciplinas STEM como dominio masculino y demuestran que la diversidad es esencial para la innovación y el progreso. Poniendo en valor el trabajo de estas mujeres científicas pioneras, fomentamos un entorno donde más mujeres pueden florecer en la ciencia y contribuir a un futuro más brillante y sostenible.

En nuestro Complejo Industrial de Puertollano, por ejemplo, hay un 95% de mujeres del ámbito STEM. Ana Orallo, técnica en el departamento de Procesos y Diferenciación, con casi dos décadas de experiencia en la compañía, es una de ellas; como también lo es Ana Cabañero que, tras realizar una beca en Repsol, se incorporó al equipo del departamento. Como mujeres científicas comparten su pasión por la tecnología y la innovación que, como explica Orallo: “han sido siempre herramientas en las que nos hemos apoyado, pero hoy más que nunca, nos permiten llevar a cabo procesos y trabajos de una manera más eficiente y segura”.

Marta Roche, consultora de procesos proyectos TI y Digitales y soporte a la transformación; Pamela Torres, científica senior o Mar Calderón, consultora senior y experta en sostenibilidad, entre otras muchas mujeres científicas son el ejemplo más evidente de cómo la presencia femenina puede jugar un rol determinante en la ciencia.